Informaba Expansión estos días, que las empresas han empezado a moverse para que la NUEVA NORMATIVA DEL TELETRABAJO, que quiere aprobar el Gobierno en breve, no se aplique mientras dure la pandemia del coronavirus.

Según este diario, éste sería el principal obstáculo para cerrar el acuerdo, después de que la patronal haya conseguido arrancar algunas mejoras a su favor en los encuentros mantenidos con el Gobierno y los sindicatos negociadores a principios de septiembre.

Como en estos ámbitos la casualidad no existe, el 22 de septiembre finaliza también la prórroga de la disposición que ordena la preferencia del teletrabajo desde que acabó el estado de alarma, con lo que las empresas que pueden teletrabajar (como es el caso de Telefónica) ya no estarán obligadas a fomentar esta práctica, sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno ha confirmado que no va a extender más esta obligación.

Y de aquellos polvos, estos lodos. Llegó septiembre y Telefónica pisa el acelerador, dando una nueva vuelta de tuerca a su plan #RECOMENZAMOS.

SE ACABÓ EL TELETRABAJO GENERALIZADO: los fuera de convenio volvieron a la actividad presencial el 14 de septiembre y los de dentro de convenio a partir del 28 (incluidos quienes convivan con colectivos de riesgo). Eso sí, en semanas alternas, manteniendo la teleactividad al 50%,  la distancia social y la mascarilla…

Pero por muchas medidas de prevención que se adopten, la realidad de la pandemia sigue su propio camino, el ya anunciado por expertos y no tan expertos, y nuevas olas de brotes se siguen repitiendo y repetirán, tras la vuelta al cole, a lo largo y ancho de la geografía.

Pero no debemos preocuparnos, nos dice la empresa - en el último encuentro con Emilio Gayo en Workplace - que si hace falta revisar el acuerdo para el retorno firmado (obviando los numerosos comentarios de preocupación vertidos en el chat por los asistentes al encuentro) y si -por ejemplo- las autoridades deciden limitar la movilidad en algunas zonas (como ya ocurre en Madrid), pues se revisa.

Mientras que esto llega, podemos seguir yendo tranquilos a la oficina, eso sí: mejor en nuestro coche, que lo del transporte público tampoco pinta nada bien.

A estas alturas, parece que al más alto nivel ya nadie recuerda aquello de que “el teletrabajo ha venido para quedarse” o lo de que “para Telefónica España hay un antes y un después con respecto al teletrabajo”, etiquetado de rotundo éxito durante la pandemia por la empresa y del que, decían, iban a extraer las lecciones adecuadas.

¿Y qué es lo que ha pasado entonces?
 
Aunque no sea la única razón, creemos que la nueva ley sobre teletrabajo que está a punto de caer tiene mucho que ver, pues obligaría a la empresa a revisar contratos de teletrabajo y a asumir la mayor parte de los costes derivados de este. Además, según el último borrador, la vigencia de los acuerdos que pudieran existir con anterioridad pasaría de ser de tres años a uno, es decir, las empresas que tuvieran ya regulado el teletrabajo, tendrán ahora menos tiempo para adaptarse a la nueva norma, que deberán implementar en un año, salvo que las partes que negocian (y ya sabemos quiénes son) acuerden expresamente un plazo superior, que no podría pasar de tres años.