María Cid Directora Fundación Solidaridad Carrefour
María Cid
Formación Académica
Licenciada en Derecho por la Universidad de Vigo (1997)
Abogada Colegiada en Ourense de lo Penal, Civil, Laboral y Mercantil (1999)
Técnico Superior en PRL, Técnico de prevención de riesgos laborales. Triple Master; Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada por Les Heures (2003)
Trayectoria Profesional
Empezó su carrera laboral como abogada independiente hasta 2003. Posteriormente comenzó su andadura en Carrefour como Responsable de Recursos Humanos y tras casi 3 años, pasó a ser la Responsable de Relaciones Fundación Empresa, donde desempeñó esta funció durante casi 4 años. Más tarde, fue nombrada como Responsable de Relaciones Institucionales y Fundación Solidaridad Carrefour hasta 2014, año en el que pasaría a ser la Directora de Relaciones Institucionales hasta 2015. Desde entonces es la Directora de la Fundación Solidaridad Carrefour.
Recibe el premio Fetico Aequalitas por su labor en materia de igualdad y su esfuerzo por fomentar la igualdad, diversidad e inclusión.
P: A tu juicio, ¿en qué hemos avanzado en cuanto a igualdad en el retail?
R: Como todos sabemos, el sector del retail, en clave de puestos de dirección, es un sector históricamente muy masculinizado. Algo cuanto menos curioso, si tenemos en cuenta que la mayor parte de nuestros/as clientes han sido y siguen siendo mujeres. Y digo históricamente, porque honestamente creo que se han dado grandes pasos en cuanto a la evolución profesional de la mujer dentro del retail. En mi opinión... debido a la propia evolución de la sociedad en su conjunto, tanto de hombres como de mujeres. Dicho esto, como sociedad evolucionada en general, considero que todavía nos queda un importante camino por recorrer... no tanto en materia legisltiva, como en lo relativo igualdad real. La prueba está en que aún estamos hablando de ello.
P: Como valorarías la situación laboral de la mujer en el retail?
R:Como decía al principio el retail no es un reducto de la sociedad ni está al margen de ella. Es parte de la misma y en la medida en la que èsta evoluciona, evolucionamos con ella. Si bien es cierto, las empresas somos un gran motor acelerador del cambio, por eso es tan importante nuestra proactividad en materia de igualdad y empoderamiento. Eso si, al final somos nosotras quienes tenemos que coger las riendas
P: Si tuvieras que identificar, en general, grandes tareas pendientes en relación con los derechos de las mujeres. ¿Cuáles serían?
R: Afortunadamente creo que estamos en un momento histórico crucial. De alguna manera las mujeres hemos dicho basta y los cambios están cogiendo velocidad... gracias también al empuje de muchos de nuestros iguales. Porque esto no es una cuestión menor; ni de hombres contra mujeres. Estamos hablando de respeto entre iguales. En cuanto a lo que creo que nos queda hacer y por lo que a nosotras respecta: diría que aprender a querernos y valorarnos más y a no entrar en el perverso juego de la prueba. No hay nada que probar en clave de igualdad. Lo que tenemos es que ocupar es nuestro lugar; el que nos corresponde por derecho con independencia del género y en todos los planos en los que nos movemos... no solo en el ámbito laboral. Ni por ser mujeres merecemos más ni por la misma razón nos corresponde menos.
P: Se denomina techo de cristal a la limitación velada del ascenso laboral de las mujeres dentro de las organizaciones. Se trata de un hecho que limita sus carreras profesionales, y tú has conseguido romperlo ¿con tu experiencia que mensaje puedes trasmitir a la sociedad?..
R: En primer lugar soy Gallega, con todo lo que ello conlleva. Vengo de una familia matriarcal con dos grandes referentes, mi madre y mi abuela. Ellas me enseñaron la importancia de la libertad a la hora de tomar decisiones, algo por cierto muy ligado a la independencia económica. A sentirme un "ser completo" y a luchar por aquello en lo que creo. También por los demás. En la medida que pueda hacerlo. Creo firmemente en el derecho a la igualdad de oportunidades y en el principio de justicia social ...y lucho por ello desde siempre (trabajar al lado del Tercer Sector Social me reafirma en ello ). Mi gran suerte en el plano laboral, y ya hablo de Carrefour en particular ...encontrarme en el camino con directivos/as inteligentes que apostaron y apuestan por el talento con independencia del género. Directivos/as con mayúsculas, gracias Arturo, que aprecian el gran valor de la diferencia. Por eso de cara a la sociedad insistiría: "cuidemos la educación y apostemos por el talento, venga de donde venga"... porque como diría Paulo Freire: la educación no cambia el mundo pero si a las personas que pueden hacerlo. Lo demás es cosa nuestra.
P: Por último en relación a violencia de género, cuestión preocupante, como valoras las medidas acordadas en el segundo Plan de Igualdad?
R: Celebro profundamente lo que está haciendo una gran empresa como Carrefour de la mano de los diferentes agentes sociales en lucha contra la violencia de género. Y en este sentido hablo de acciones que van mucho más allá de las medidas implantadas en los correspondientes Planes de Igualdad ( por cierto, absolutamente necesarios de cara a evitar cualquier riesgo en esta materia) . Hablo del orgullo de pertenecer a una empresa con una verdadera una cultura organizativa en constante situación de alerta. Una empresa que trata de prevenir ese peligrosísimo caldo de cultivo que se enriquece con pequeños gestos que tienden a minar la autoestima de la mujer en el plano que sea. Comportamientos sutiles que nos podrían apartar de la "carrera". Agradezco formar parte de una empresa con el foco puesto en esta cuestión y a su vez tajante a la hora de condenar estos comportamientos.